Retrato hablado.
"I am the master of my fate:
I am the captain of my soul."
I am the captain of my soul."
(William Ernest Henley)
Escúcheme
muy bien
que,
ni desaparecida,
ni
delincuente,
tiene
usted que saber muy bien
los
rasgos de la pluma,
los
trazos del pincel
y
difuminar el grafito
con
delicadeza de caricia,
que
el borrador de miga
no
debe ser usado…
He
aquí mi descripción precisa,
para
un retrato hablado.
Emprenda
usted su arte,
dibuje
pero como se dibuja un paisaje,
con
firme trazo de cartógrafo
y
delicado susurro de melodía,
trace
en la geografía
silueta
pura,
orla
femenina y madura.
Pálida
e inmaculada tez
como
plateado plenilunio,
con
matices sutiles
de
carmín cual eclipse lunar,
cuya
sonrosada timidez
evoca
la curiosidad infantil
por
mezcla artística
de
minimalistas colores.
Quiero
me dibuje
el
más frondoso de los pechos,
a los lados hombros adornados
por
juguetonas pecas,
deje
se deslice su
contorno
por la cintura,
de
esas que se esconden con manía
y
se desean de igual forma.
Que
se dirija el pincel
como
cincel de Prometeo
hacia
la cadera,
cuya
fertilidad
despierta
los instintos
que
disimulados
por
metáforas
se
convierten en verso.
Nocturnos
cabellos largos,
con
caída
de
femenino garbo
pero
robusta libertad,
y
las graciosas cejas
en
proporción divina,
todo
sinónimo de beldad.
¡Los
ojos, retratista!
Con
el talle perfecto
para
extraviarse por horas
en
el pensamiento de hombre
y
con una tonalidad inexplicable
entre
maderosa sobriedad
y dulce miel.
Quiero
que el rostro:
nariz,
pómulos y faz,
inefable
todo en términos de belleza
se
exprese como se expresa,
que
sea como ella:
mujer
y niña, impúber y madura
en
dos palabras: ¡poesía pura!
Para
finalizar,
esa
sonrisa
que
se declara invicta
contra
todas sus derrotas.
Señor
retratista,
¿puedo
levantarme del diván?
Por: JEF (fecha de la publicación)
Nunca he leído algo más perfecto. Lo único que puedo hacer es darle tregua al ser con quien ya no hablo más que para pelear, y dejar salir un 'Dios es bueno'. Un abrazo de proporciones satelitalmente astronómicas. Qué bárbaro.
ResponderEliminarSe lo debo a la musa, ¡qué bárbara!
Eliminar