sábado, 19 de abril de 2014

De musas y champiñones.

Colochos.
"Pon el verbo azul,
corazón.
Pon el verbo cien,
corazón.
Pon el verbo Tú,
pero pon el verbo
que te haga bien"
(Silvio Rodríguez Domínguez, 1988)




("Anónimo" tomado de: https://lh3.googleusercontent.com/)



Colochos, rizos, bucles… Todos nombres distintos, pero que significan lo mismo:

Libertad que corona
un hermoso rostro blanquecino;
la pistola que detona,
aventura temeraria y algo cansino.
La tristeza que perdona,
silueta y piel: soez corona,
sonrisa y mirada: espíritu divino.


Te quiero libre,
te quiero fiera;
te quiero fuera
de la jaula
encerrada en tu melena.

Colochos, rizos, bucles…
Todos nombres distintos,
pero que significan lo mismo:
dinamita, plomo y guerra;
indiferencia, diplomacia, paz y tregua;
muerte, vida, dios y ciencia,
montaña, luna, céfiro, bosque,
filosofía, mar, sol y arena.

Te quiero libre,
te quiero humilde,
te quiero abnegada,
te quiero aventurada,
te quiero sin timbre,
te quiero desatada,
te quiero sin tilde,
te quiero sin palabra,
te quiero sin verso,
te quiero sin tonada,
te quiero en el cierzo,
te quiero en fogata,
te quiero de pie y sentada,
te quiero en cuerpo y espíritu…

Colochos, rizos y bucles…
Todos nombres distintos,
pero que significan lo mismo:
que te quiero con smoothie y crepa,
te quiero en cosquillas
y te quiero con la mano estrechada.
Te quiero en mis verbos de dinamita, plomo y guerra,
y tus verbos de indiferencia, diplomacia, paz y tregua.
Te quiero en este poema,
y te quiero allá donde no me piensas,
sin querer te quise a cómo te quiero,
colochos, rizos y bucles.
Por: JEF (2014)