miércoles, 11 de febrero de 2015

La sombra de lo humano

Sombra


"Sabemos demasiado del arte, del amor, de la religión, de la guerra, como para
creer aún en algo; hemos perdido además tantos siglos en ello... La
época de la perfección en la plenitud está terminada. ¿La materia de
los poemas? Extenuada. ¿Amar? Hasta la chusma repudia al 
«sentimiento». ¿La piedad? Registrad las catedrales: ya no se arrodillan en
ellas más que los ineptos. ¿Quién desea aún combatir? El héroe está
superado; únicamente la carnicería impersonal sigue de moda.
 Somos fantoches clarividentes, ya sólo capaces de hacer muecas ante lo irremediable."
(Cioran)

El cosmos aconteció a mi espalda
y en mi enigmática sombra
recorren triunfales apogeos
de la humanidad.
Ya otros vivieron mi vida.
de forma magnífica,
de su puño y letra se han plasmado
las comedias y tragedias,
de su herramienta se han labrado
las esculturas, pinturas y edificios,
de su alma se ha exhalado
la música y la danza
que forjaron la historia.

Arrastro sin poder alcanzar,
sin poder dialogar o comprender
el legado de un pasado,
de auténticos amores,
trágicos suicidios,
besos y lágrimas ardientes,
piadosos actos de bondad
y masacres sangrientas,
de un Cartago borrado
y una Roma triunfal.

El calor del espíritu
que nos convierte en humanos
se ha reemplazado
por pantallas luminosas,
pues tras mis espaldas yace
el mausoleo de todo
aquello por lo que merece
vivir y perecer.

Quiero insultar a las manesillas del reloj.
Vituperar y blasfemar contra Cronos
como merece incordio un impostor.
Vociferarle al tiempo
que, sin misericodia y con fiasco,
no resulta cura a ningún mal,
que ha agravado todo padecer existencial.
Irrumpir en ira contra  su fluir
que me sostiene y juguetea
entre su tejido caprichoso de Moira,
sólo para soltarme ante la muerte
sin romántico patetismo heroico.

No me queda más que (vislumbrar
en el brillo y ternura de infantiles ojos)

la esperanza que perdió mi sombra.

Por: EBL (2015)

domingo, 8 de febrero de 2015

¿Entre volver y seguir?

Todos parecen pasar por esto como si fuese una parada de transbordo, algunos con más espera que otros, sin embargo, perfectamente podría suceder un

Impasse
¿Dónde estaba Dios cuando te fuiste?
(Sábato, E.) 
Tanto temí perderla,
no había caído en cuenta
que antes de tenerla,
ya la había perdido.

En el nostálgico

cuarto creciente
ella se sienta ahora,
pero sin percibir
que la sigo contemplando.

El olvido volvió

a ganarle la partida
al anhelo,
el realismo al romanticismo
y la prosa a este verso.

¡Esta desgarradora ausencia!

Tener la certeza
que el próximo "¡hola!"
retumbará cual último "adios".
Aunque se deslice
en cada trazo
de mi rúbrica,
ella ya no es ella.

¿Qué más da?

A todo este impasse,
la vida sigue continuando,
no se detiene a esperarme.

Cualquier eufemismo sobra,

aunque sea obviedad:
la sigo extrañando.

Por: JEF (2015, fecha de la publicación)