"Sabemos demasiado del arte, del amor, de la religión, de la guerra, como para
creer aún en algo; hemos perdido además tantos siglos en ello... La
época de la perfección en la plenitud está terminada. ¿La materia de
los poemas? Extenuada. ¿Amar? Hasta la chusma repudia al
creer aún en algo; hemos perdido además tantos siglos en ello... La
época de la perfección en la plenitud está terminada. ¿La materia de
los poemas? Extenuada. ¿Amar? Hasta la chusma repudia al
«sentimiento». ¿La piedad? Registrad las catedrales: ya no se arrodillan en
ellas más que los ineptos. ¿Quién desea aún combatir? El héroe está
superado; únicamente la carnicería impersonal sigue de moda.
ellas más que los ineptos. ¿Quién desea aún combatir? El héroe está
superado; únicamente la carnicería impersonal sigue de moda.
Somos fantoches clarividentes, ya sólo capaces de hacer muecas ante lo irremediable."
(Cioran)
El cosmos aconteció a mi espalda
y en mi enigmática sombra
recorren triunfales apogeos
de la humanidad.
Ya otros vivieron mi vida.
de forma magnífica,
de su puño y letra se han plasmado
las comedias y tragedias,
de su herramienta se han labrado
las esculturas, pinturas y edificios,
de su alma se ha exhalado
la música y la danza
que forjaron la historia.
Arrastro sin poder alcanzar,
sin poder dialogar o comprender
el legado de un pasado,
de auténticos amores,
trágicos suicidios,
besos y lágrimas ardientes,
piadosos actos de bondad
y masacres sangrientas,
de un Cartago borrado
y una Roma triunfal.
El calor del espíritu
que nos convierte en humanos
se ha reemplazado
por pantallas luminosas,
pues tras mis espaldas yace
el mausoleo de todo
aquello por lo que merece
vivir y perecer.
Quiero insultar a las manesillas del reloj.
Vituperar y blasfemar contra Cronos
como merece incordio un impostor.
Vociferarle al tiempo
que, sin misericodia y con fiasco,
no resulta cura a ningún mal,
que ha agravado todo padecer existencial.
Irrumpir en ira contra su fluir
que me sostiene y juguetea
entre su tejido caprichoso de Moira,
sólo para soltarme ante la muerte
sin romántico patetismo heroico.
No me queda más que (vislumbrar
en el brillo y ternura de infantiles ojos)
la esperanza que perdió mi sombra.
Por: EBL (2015)
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