Final.
(Ilustración de Yutaka Nanten, tomada de www.zerochan.net)
En mi vida han
terminado
más acontecimientos
de los que han
empezado.
Me ha marcado el sonido
de las puertas al
cerrarse,
no importa que tan
igual es el movimiento,
siempre hace más eco
que al abrirse.
Metáforas tal cual: “la
vida es un sueño”,
uno que puede terminar
con un “¡bang!”,
me recuerdan que
despertar,
abrir los ojos o
cerrarlos,
también puede ser un
final.
Al final, la vida es un
absurdo,
como el estrellado
automóvil de Camus.
Que duele más un beso
al acabar,
que duele más,
duele mucho más.
Duele más extrañar
que rememorar,
que la alegría se
acaba,
que el dolor siempre es
un final.
No importa
que tan predecible
pueda ser,
aunque se le quiera dar
dignidad:
un final, es un final.
Aunque “el muerto goce
de buena salud”,
muerto está.
¡¿Qué más puedo decir?!
¿Qué lo siento tanto?
¿Ofrecerles sinceras
disculpas?
Pero, es que…
….siempre he tenido una
ligera
inclinación por los
finales.
Por: JEF(2014, fecha de la publicación)